22 diciembre 2004

Presencias ausentes...

... o las dos caras de la Navidad.
Todo el mundo lo sabe. Hay ausencias tan presentes que no pueden dejarse en el recibidor. Hay que dejarlas entrar y compartir la mesa y los regalos, aunque no haya una silla en el lugar de siempre y ningún paquete navideño lleve su nombre.
La mesa para ellos está servida en nuestro corazón y en todos esos recuerdos que intentamos callar ante los demás para no entristecer la fiesta. Y nos tragamos las lágrimas cuando en la mesa real aparece el plato preferido del ausente o, por la fuerza de la costumbre familiar, se relata aquella historia que nadie contaba como el que ya no puede hacerlo.
Y a cada momento piensas "si viera esto ¡cómo lo disfrutaría..!" Y vuelves a tragar el sollozo y sonríes y haces como todos; disimulas.
Y en algún momento especial, alguien tiene que ir a buscar alguna cosa que no necesita y vuelve con los ojos enrojecidos y nadie pregunta que le pasa. Y otro alguien le abraza, así, como al descuido y le da un beso o una palmadita o le coge la mano y uno sabe que el otro sabe porqué fue a buscar lo que no hacía falta.
Porque a buscar lo que realmente nos falta, no podemos ir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

What a great site » »