29 julio 2007

Familia, familia...

Mi familia anda desperdigada por toda España y parte del extranjero. Somos una comunidad dispersa desde hace tiempo, pero no distanciada. A pesar de que no mantenemos mucho contacto, cuando nos vemos o nos llamamos, es como si habláramos todos los días por teléfono o nos encontráramos para comer cada domingo del año. No sabemos nada del día a día de nuestras vidas pero sabemos, sin lugar a dudas, que nuestros lazos se mantienen y que lo importante, nos lo comunicaremos sin falta.
Esto os lo cuento porque hoy he recibido una llamada de mi tío, el de Valencia. Quería decirme que, en junio, se inauguró un museo: el MUVI, en La Muela, provincia de Zaragoza. MUVI, significa "Museo de la Vida" y es el amado proyecto personal de su hijo, mi primo Ángel, director técnico de ese recién inaugurado Museo.
Hace más de tres años que mi primo vino a visitarme. No conocía ésto y nos pegamos un panzón de andar por la ciudad que, cuando lo recuerdo, se me reproducen los dolores musculares en las piernas. Pero su visita tenía otro motivo; enseñarme los planos del edificio que se estaba construyendo para albergar el proyecto que llevaba acariciando años y que ya había hecho realidad en otros lugares, pero a una escala poco satisfactoria. En La Muela había encontrado, por fin, la comprensión y la ayuda necesaria para ese proyecto. Los planos eran preciosos. Un edifico moderno, en forma de libélula estilizada, con tres plantas, un entorno ajardinado y todo lo que él quería. O casi todo, porque algo así nunca se realiza al cien por cien.
He buscado en la red, pero no hay más que la reseña de la inauguración. Aquí está. hay que destacar que el municipio ya contaba con otros dos museos; el del Viento y el del Aceite, dos cosas muy entroncadas en el entorno aunque por diferentes motivos. El aceite, ancestral; el viento, por la moderna tecnología.
Mi primo, que es quién me interesa, lleva toda su vida queriendo hacer algo así. Él mismo ha buscado, recogido y conservado una ingente cantidad de material: fósiles, minerales y objetos arqueológicos de todo tipo. Con el jeep y los perros se ha pateado kilómetros y kilómetros; ha dormido al raso en mitad de la nada; ha regresado exhausto y ha llenado su casa hasta los topes con sus hallazgos. No sé si yo podría sacrificar tanto en pos de una ilusión, pero sí sé que admiro profundamente a mi primo; conozco su esfuerzo y todo lo que le ha sido preciso dejar atrás por perseverar en su camino. Ángel es tímido , así que espero que no llegue a leer ésto. Estoy segura de que se cortaría mucho, pero no podía dejar de contarlo; primero porque se trata de alguien cercano y luego porque hay que agradecer el esfuerzo de las personas que trabajan para la cultura, que se enfrentan a problemas, que lidian con los inconvenientes y que, finalmente, levantan un Museo de la Vida, para explicarnos, con detalle, quienes somos y de dónde venimos.

18 julio 2007

Ni modo...

Creí que era verdad eso de que iba a hacer unos cuantos días de vacaciones. Soy muy inocentona y desmemoriada, porque todos los años pasa lo mismo, más o menos. Siempre hay alguna cosa que me estropea el plan. No es que tuviera ninguno en especial, pero si lo hubiera tenido, se habría estropeado. Mañana empezaba eso de "todas las tardes libres hasta el 30", pero no. Mañana trabajo toda la tarde. Y a ver que pasa las próximas.
Bueno, tampoco es para morirse. No se está mal aquí, tecleando con poca ropa (no miréis..) y con un té de violetas, bien frío, a mano. Sí; me he pasado al té. En verano me apetece más que el café. Y de violetas, porque tenía que gastar un botecito que me trajeron de Francia y caduca a final de año. No voy a tirarlo, así que té de violetas hasta que se acabe el bote. Se me ha olvidado de que lugar de Francia me lo trajeron, pero debe de ser un lugar con violetas a porrillo, porque también llegaron con una caja de las mismas flores escarchadas y unos pastelillos de lo mismo que estaban para chuparse los dedos.
Esto de comer flores, es un poco raro, ¿no os parece?. La cabra lo encuentra de lo más normal, pero a mí me da un poco de pena. Claro que, alguna vez, me he hecho una tortilla de flores de calabaza, y comí hojas de crisantemo en un restaurante japonés. Y me enseñaron a recoger las hojas tiernas y verdes de las matas de amapolas para la ensalada y resultaron estar buenísimas.
¡Ah..! Y pétalos de rosa escarchados, también he comido. Ahora que lo pienso, a lo mejor es por eso que no consigo que las flores prosperen en mi balcón. Tendrán miedo de que me las coma.
Y ya que hablamos de comida, ¿sabéis lo que es la Ortorexia? Pues para los que no lo sepáis, os diré que es una patología sobre la que están alertando los nutricionistas y los psicólogos, que han detectado un aumento grande de sus síntomas en los últimos meses. Ortorexia es un trastorno alimenticio que consiste en no querer comer nada que no sea ecológico, probiótico, dietético, integral, sin aditivos, sin conservantes ni colorantes, y que no tenga todas las garantías de no haber sido tratado con pesticidas ni herbicidas, ni.., etcétera, etcétera.
El riesgo para la salud no es pequeño, ya que no podemos encontrar en ese tipo de alimentos todos los necesarios para mantener un equilibrio nutricional correcto y estamos abocados a sufrir carencias alimenticias, si persistimos.
Los síntomas son, según una psicóloga clínica; "pasarse horas en el supermercado leyendo la composición de los alimentos; dedicar gran parte del día a decidir meticulosamente qué vamos a comer; evitar actos sociales para no caer en la tentación de comer algo inapropiado..." . Y otros comportamientos similares.
Bueno; el mundo está loco, loco. Ya lo sabemos ¿no?. No es que no debamos vigilar nuestra alimentación, es que ningún extremo es bueno. ¿Qué pasó con los bocadillos de chorizo y el pan con chocolate de toda la vida...?
No sé, no sé. Creo que llevamos las cosas hasta límites ¿tontos...? Lo que es mejor para la salud es comer variado y no atiborrarse. Tendremos lo necesario para una alimentación correcta y no engordaremos. O sí.
Además; ¿quién nos garantiza que las etiquetas dicen toda la verdad? ¿Y conocemos todos los componentes al dedillo? ¿Y, aún conociéndolos, sabemos como se comportan en nuestro organismo mezclados con otros?
Pues eso; a por los garbanzos, que los conocemos de siempre.
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13 julio 2007

Aún no es tarde

Mi amiga Avrilis me dio un premio hace bastantes días ya. En general, me corto mucho con estas distinciones tan específicas. Que me da vergüenza, en una palabra. Y también me da mucho apuro tener que elegir a otros bloggers y darles el mismo premio. No sabría a quien elegir. Soy un desastre para estas cosas, lo reconozco. Después de darle muchas vueltas he pensado que no podía dejar de corresponder al cariño de mi amiga y voy a poner en el blogroll, el premio que me ha dado. Cada vez que lo vea, no pensaré que es un premio, sino un beso cariñoso que me manda Avrilis. Y cuando una amiga se acerca a darte un beso, no puedes dejar de apreciarlo.

Así que ahí dejo el certificado del beso-premio en cuestión, con todo mi cariño y otro beso enorme para Avrilis. Me es imposible escoger cinco de entre vosotros, porque todos sois muy especiales para mí. Espero que la persona que tuvo la idea de estos premios, no me tome en cuenta que no siga sus directrices, pero es que no puedo; no puedo elegir sólo a cinco. Por lo tanto Beso-Premio para todos vosotros, amigos bloggeros.
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09 julio 2007

Coles y chinos

A lo mejor pensáis que los chinos que nos acompañan sólo tienen tiendas de todo a cien y cosas así. Pues no; aquí cerca hay una familia que tiene una fruteria-verdulería, llamada de forma no muy original "Frutas y verduras frescas". El rótulo está en catalán, pero vamos, dice eso.
Desde el primer día mi madre y yo somos clientes fijos porque es cierto que el género es fresco y la familia que atiende es muy simpática, aunque no saben apenas ni catalán ni castellano. Y yo sólo se decir ni hao, que creo que significa hola, pero por si acaso le voy a pedir ayuda a mi amiga Hacernohaciendo, que ella sí que sabe chino. A ver si está en casa: Hacernohaciendo, por favor, ¿está bien dicho eso?
Bueno, mientras me contesta, os cuento lo de las coles chinas. Es una verdura que tiene más pinta de lechuga que de col; no sabe mucho a la col que estamos acostumbrados y, desde luego, no sabe a lechuga, pero está buena. Y esta mañana he pasado a comprar una, porque me apetecía mucho. Llego a casa, le quito las hojas exteriores, la corto en dos para lavarla y me encuentro con que está negra por dentro. ¡Mecachis ya...! Bueno, paciencia. He comido alcachofas. Esta tarde, tenía que salir y como he de pasar por delante de los chinos de las verduras, entro en la tienda: "Hola". "Hola" contesta sonriendo el señor que me despachó esta mañana. "Mira, que vengo a por otra col que la que me vendiste esta mañana salió negra por dentro" Me mira con cara de no entender ni papa. Intento resumir: "Tú me vendiste col. Estaba negra por dentro. Quiero otra, por favor" Él asiente con la cabeza muy serio. Sé que no me ha entendido. Suspiro y lo dejo estar. Voy al estante de las coles y cojo una. Él sonríe y me dice: "Tú gusta mucho col. Tú llevar antes". "Sí me gusta, pero salió negra. No la pude comer". "Sí, sí; tú gusta col. Come más". "No, hombre, más no, que la de esta mañana no me la he comido. Salió negra". Con una sonrisa de oreja a oreja, insiste: "Tú gusta col. Col buena; barata. Tú come"
¡Ay...! Debería haber traido la dichosa col. Lo dejo por imposible, llevo otra col al mostrador para que la cobre y entonces veo unas berenjenas preciosas. El buen señor acude con una bolsa de plástico en las manos para que meta la hortaliza, me sonríe y dice: "Tú gusta esto. Tú come otro día". Creo que se acuerda de que he comprado berenjenas alguna otra vez. Le pregunto si saldrán negras por dentro y él, que sigue sonriendo, afirma con grandes movimientos de cabeza: "Sí, sí; tú gusta esto. Tú come más"
No sé porqué, al final no me he llevado las berenjenas. Creo que voy a esperar a comprar las verduras susceptibles de estar negras por dentro, hasta que aprendan un poco más de castellano. O hasta que yo aprenda chino.
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04 julio 2007

Patologías cotidianas

Todos nosotros, hasta aquellos que rezuman salud por todos sus poros, estamos expuestos a sufrir un dolor agudo diario. Nos damos un golpe en el codo, nos rebanamos un dedo deshuesando el jamón, bajamos un bordillo y parece que el pie se nos ha dislocado, bebemos un vaso de agua y el estómago nos da un pinchazo que nos dobla. Cositas así, sin importancia, y que duelen un montón.
Luego, están esas otras patologías que no nos confesamos porque "podemos con todo". Son las acabadas en "itis" que no requieren hospitalización pero que molestan y que mejor ni os cuento. Bueno, sí, os lo cuento porque si no, no me entenderéis.
Ejemplos:
Trabaj-itis. Es cuando el trabajo empieza a doler y poco a poco va produciendo una inflamación generalizada en todas las junturas y bisagras del cuerpo, hasta que no puedes ni doblarte y vas en plan globo-robot por la vida. Y como estás tan sumamente inflamada, cuando te caes en el sofá, lo único que puedes hacer es "rodar y rodar" como las piedras del camino, pero en blando. Y te duermes en plan leño. Te despiertas a las tres de la madrugada hecha un cuatro.
Escaler-itis. Inflamación que se produce cuando llegas al primer servicio de la mañana y tienes que subir andando diez pisos (10). Empieza a manifestarse a partir del segundo y está a punto de explotar al llegar al noveno. En el décimo, estalla, mientras te vas acordando de toda la familia de los que arreglan los ascensores. Buena gente, por otra parte.
Idiot-itis. Aparece repentinamente. No se puede ocultar. Los ataques de idiotitis suceden cuando te das cuenta de que alguien se está pegando la vida padre a tu costa. Y se te queda la cara de "idioti".
Pariente-itis. Esta es una inflamación recurrente en mi. Me pasa sólo con mirar a los parientes de algunos de mis abuelos adoptados. Creo que se debe a una especie de alergia a la ingratitud.
Llant-itis y adios-itis. Hacia tiempo que éstas no me atacaban. Ayer volvieron porque tuve que despedir a mi querida Teresa. Va a una residencia algo alejada, por lo que será difícil que vuelva a verla. Me van a durar estas tres últimas inflamaciones, que van de la mano.
La última, que añadiría a ésas tres, prefiero no exponerla. Siempre estamos en horario infantil en Internet, y no quiero contagiar la palabrot-itis.
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