30 octubre 2006

Cuentos y canciones de cuna

Hace años, mi amigo F. pasaba por el trago de una separación matrimonial; traumática como todas, pero mucho más para él, porque estaba muy enamorado de su esposa. Con esa facilidad que da la comunicación via ordenador (queda para otro momento si se es sincero o no) sin habernos visto nunca, se creó un vínculo muy especial. Él me contaba su drama y yo intentaba serenarle y hacerle sonreír.
Empecé a escribirle disparatados cuentos y a ponerle letras cómicas a las canciones de cuna. Me divertí mucho y creo que a él le sirvió, en algunos momentos.
El "cuéntame un cuento" o "cántame una canción" se convirtió en una petición frecuente. Y allí mismo, en el directo de un canal de IRC, le escribía historias que siempre empezaban con el "Érase una vez.., una linda princesa, un apuesto príncipe, una malvada bruja.." Y todos, o casi todos, acababan felizmente.
Algunas veces, los cuentos tenían que quedar a medias, porque se hacía tarde y al día siguiente, allí estaba F. preguntando "¿y que pasó después?"
Imagino que lo último que se les pasaba por la cabeza a los frecuentadores del canal de IRC en que nos leíamos, es que la cosa fuera tan inocente como eso, porque en cuanto aparecía alguno de los dos, entrábamos en un privado a seguir con nuestros cuentos. Cuentos; en su versión más blanca.
F. se me perdió cuando, en un momento trágico de mi vida, tuve que dejar toda actividad que no fuera la supervivencia; y no sólo la mía, que eso no hubiera sido tan malo. Cuando pude volver, no logré encontrarlo. Siempre he lamentado no saber, al menos, su dirección electrónica. Habría querido explicarle porqué ya no podía cantarle nanas o encontrar princesas para él.
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"Loco Soñador" Los Tamara, sobre un poema de Rosalía de Castro. 3.39 megas
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23 octubre 2006

Un soneto me manda hacer Violante...

Un meme me manda hacer Arare_ . Eso es lo que quería poner en el título, pero se me coló Lope.
Igual que
llanos, puedo prometer y prometo y además, juro, que nunca más haré otro, aunque venga la mismísima Violante a suplicarlo. Y este lo hago porque, casualmente, ni siquiera tuve que buscar el disco. Acababan de regalarme un recopilatorio de Nino Bravo. Mi primo es un fan de este cantante y compra todo lo que encuentra de él. Se le ocurrió comprar uno para mí y ahí estaba el estuche con sus dos CD´s, llenos de posibilidades para este invento del meme.
Bueno, pues allá va. Y recordad; ni uno más, que yo no sirvo para esto.
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Se trata de que hagamos una especie de definición personal a través de los títulos de las canciones de algún solista o grupo musical. ¿Es eso, no? Pues vamos allá.
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1. Descríbete. Arena de otoño.
2. ¿Qué piensan las personas de ti? Libre.
3. ¿Cómo es tu vida? Voy buscando.
4. ¿Eres hombre o mujer? Elizabeth.
5. ¿Cómo eres en el amor? Un beso y una flor.
6. Describe tu relación con tu pareja actual/futura. Nuestro hogar será el mundo.
7. ¿Cómo describirías tu anterior relación sentimental? Cartas amarillas.
8. ¿Dónde quisieras estar ahora? América, América (del Sur).
9. ¿Qué pedirías si te concedieran un deseo? Monalisa.
10. Despídete. Mis noches sin ti.
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Y ya, cubierta de gloria, pasemos a otro tema. Corto pero importante.
Sherezada, mi amiga e introductora en este mundo blogger, ha cerrado su blog; espero y deseo que sea solo un cierre pasajero y que nos deje seguir participando de su presencia en el futuro.
She, querida amiga, guagua de pelo indomable y descubridora de bichos varios, aquí espero tu vuelta. Dejo tu dirección en Amigos Invisibles, pero no te dejo a ti; tú estás a mi lado.
Y Mc Tower, amigo de largo tiempo, (desde antes del blog) y que parece que no quieres volver de tu día de pesca en Aznalcollar, también te paso ahí, hasta que decidas dejarnos alguna prueba de lo que has pescado.
Serena, también vas derechita a los Amigos Invisibles, pero como a ti te veo varias veces en semana, te lo diré de viva voz.
Don_Tiresias, sabes bien cuanto me gustan los posts que nos dejas y cuanto aprecio y me divierto con tus comentarios. Espero que vuelvas pronto a actualizar tu blog y a visitar a los amigos. ¿Un cafecito mientras esperamos?
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Y ya puestos... "Monalisa" Nino Bravo. 3.33 megas.
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20 octubre 2006

¿Qué leemos las mujeres?

Hace unos meses leí, no recuerdo donde, un artículo que llevaba por título "Se buscan nuevas Corín Tellado" Así; "nuevas" en plural. El titular se justificaba por algo parecido a esto que os transcribo.
" Las editoriales en busca de negocio. Si usted cree tener capacidad para escribir novelas como las de C. Tellado, la escritora más vendida de todos los tiempos, no lo dude y presente sus ideas a las editoriales. Las novelas románticas de baja calidad literaria, son las de mayor consumo entre las mujeres. Tellado, Rosemunde Pilcher, Bárbara Cartland y similares, hacen ganar - y ganan ellas mismas - millones a sus agentes y editores. El segundo lugar para los libros consumidos por mujeres, lo ocupan escritoras del corte de Matilde Asensi, Khaterine Neville y alguna más, que escriben novelas que transcurren en el presente, pero con un tema de fondo anclado en el pasado medieval o más lejano aún, en las que nunca falta un apasionado romance"
Concluía con una relación bastante extensa de colecciones de novelas del tipo ya expuesto y establecía con datos serios, según ellos, que las mujeres leemos un 8% más que los hombres, pero de menor calidad literaria. Por ejemplo: sobre un 58% de lectoras, sólo un 12% leemos Ensayo, Filosofía, textos técnicos o científicos..., etcétera.
Esto requería una investigación; si las mujeres leemos más, los escaparates de las librerías deben mostrar con mayor abundancia los títulos que más compremos. Bueno; he hecho un pequeño recorrido y resulta que en los kioscos, priman los libros mencionados en primer lugar y en las librerías, con mayores fondos editoriales, siempre hay en el mostrador de novedades una mayoría de títulos de los señalados en el segundo bloque. Y también he visto muchas más mujeres que hombres, hojeando o sopesando el interés de alguno de ellos.
Me gustaría decir que no es cierto, pero no puedo. Una cosa es que entre las mujeres que yo conozco lo que se lea sea bastante diferente a eso y otra estar ciega. Y digo conozco y digo mal; tendría que decir entre las más afines. La verdad es que si salgo de mi ambiente normal de lectoras cómplices, me cuesta un mundo encontrar una mujer con la que hablar de autores importantes aunque no vendan tanto. Ir más allá del "Código Da Vinci" el libro más "gordo" de los recientemente famosos, es ya una imposibilidad. Y aún discutir la, para mí, más que dudosa calidad y seriedad del invento, resulta casi imposible.
Está claro que según sea el círculo en que nos movamos cada uno de nosotros, la situación será distinta, pero esto no va de temas particulares, aunque haya puesto mi experiencia como ejemplo. Creo que puede ser la de muchas personas que, como yo, se mueven en muy diversos ambientes, por su trabajo o cualquier otra causa.
Empezando porque en las casas no hay libros. Muchos Holas y Diez minutos; si se es más sofisticada, el Vogue.
Nada me gustaría más que haber metido la pata hasta el fondo con este post y que vuestras experiencias en el conjunto de las personas que conocéis fuera del ámbito afín, me contradigan a muerte. Y tampoco quiero decir que no me parezca bien que las personas decidan pasar olímpicamente de los libros. Lo que sí digo, y esto es una espinita particular, es que haber leído la biografía de Diana de Gales, no faculta a nadie para explicar la Historia de Inglaterra. Quizás vosotros tenéis también alguna "espinita" del mismo tipo.
Acabaré diciendo que este post, es una ampliación a un comentario que dejé en el blog de mis amigas de liter-a-tres y una pequeña explicación de aquellas palabras.
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"Allegro moderato" Giuseppe Tartini. 4.13 megas.

16 octubre 2006

Hojas amarillas y todo eso

Estamos entrando a galope tendido en la estación de la calma. O eso debería ser. Ya nos hemos vuelto a acostumbrar a las rutinas del trabajo, de los estudios, de las tardes en casa viendo llover o escuchando al viento aullar como un condenado entre las ramas de los árboles, mientras sacamos de los armarios la ropa de invierno y los edredones.
A mí me gusta el otoño. Aún no hemos cambiado el horario, así que cuando me levanto es noche cerrada, la calle es puro silencio y hay algo misterioso en la forma en que va levantando el día, despacito, entre la niebla que llega desde el mar.
En los bloques de enfrente las ventanas se van iluminando como con pereza y cuando se apagan las farolas, a las 7 en punto, parece que aumenta el silencio.
Y te dan ganas de volverte a la cama y seguir leyendo el libro que ayer noche quedó en lo más interesante porque se cerraban los ojos de cansancio. No se puede. El trabajo está esperando y hay que salir. Esta mañana llovía bastante; tanto como para ponerse las botas de agua y comprobar si son tan impermeables como decía el vendedor, metiéndose en todos los charcos.
Me lo he pasado genial chapoteando. Espero que no me haya visto ningún vecino o voy a perder la fama de persona seria. La poca que me queda.
Todo eso y leer. Leer mucho, sin distracciones de familiares aterrizando de improviso, sin interrupciones por fiestas de barrios, fuegos artificiales y cánticos de madrugada, cuando la juventud, en vacaciones, pasa por esta calle camino de las playas para acabar allí la fiesta.
Y encontrar lo nuevo en lo visto mil veces. Esa otra cara que tienen las cosas cuando hace tiempo que las miras sin verlas realmente.
Las tardes que estoy en casa, como hoy, en silencio, sin nada urgente que me reclame, sin que nada importante haya quedado por hacer, me reconcilio conmigo misma y, algunas veces, hasta me perdono los errores cometidos.
No sé cuanto durará, pero ahora mismo, estoy en paz.
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11 octubre 2006

Y hablando de nubes...

Las nubes dan mucho juego. Hay nubes románticas, nubes despistadas, nubes amenazadoras, nubes de azúcar, nubes que parecen corderitos lanudos y nubes de mentira como las que dejan los aviones al romper el cielo.
También podemos estar en las nubes, ponernos por las nubes, subir los precios hasta las nubes, elevar a alguien hasta las nubes, andar entre nubes todo el santo día y caernos de las nubes.
Y hay más; nubes de pájaros, de insectos, de gente, de polvo o de humo.
Si trabajas con piedras preciosas, encontrarás alguna que otra nube que oscurecerá su brillo; puede que el oculista nos diga que tenemos una nube en el ojo y si tuviéramos unos ochenta años, seguramente tendríamos un chal tejido con agujas para envolvernos la cabeza al salir del teatro, al que llamaríamos nube.
Algunas nubes dan mucho miedo; nubes radioctivas, nubes químicas, nubes electrónicas, nubes ardientes, nubes artificiales...
Y están las de verdad; cirros, cirrocúmulos, cirrostratos, altocúmulos, altostratos, nimbostratos, estratocúmulos, estratos, cúmulos y cumulonimbos. Añadid las que me haya dejado y me ayudáis a refrescar la memoria :)
Pero había una nube especial en la que yo confiaba; era una nubecita azul suspendida solo unos pocos metros sobre mi cabeza. En esa nubecita podía apoyar una escalera e imaginar que iba subiendo peldaños, despacito, sin perderla de vista, sin mirar abajo nunca y pensando en lo agradable que iba a ser llegar y dejarse caer entre sus almohadillados vellones. La idea era que antes de lograr llegar a la nube, ya te habías dormido porque eso es un ejercicio de relajación para cuando cuesta conciliar el sueño.
Esta noche he perdido la confianza en las nubes que se dejan alcanzar por una escalera. Tenía que haber sabido que no se debe creer a nadie que te ofrezca un paraíso en las nubes.
Me apuesto cualquier cosa a que voy a pasar un día de nubarrones iracundos y muertos de sueño.