16 octubre 2007

Hasta luego, Gato Mayor

En el tiempo en que Gato Mayor vino a vivir a casa yo tenía un par de preciosos galgos Whippet y todos los días salíamos a pasear dos o tres veces, según el tiempo libre de que dispusiera. Pasábamos por una placita de esas que hay en toda ciudad, medio abandonadas; ésta, en concreto, era solo un terraplén descuidado, con unos cuantos árboles, mucha maleza y media docena de buenas salidas a otros espacios igualmente descuidados. Un lugar ideal para que proliferaran las ratas y los gatos callejeros. También un lugar perfecto para que todo aquel que deseara abandonar un gato, lo hiciera impunemente. Además, muchas personas, amantes de los gatos, llevaban comida y agua a diario, así que si eras un felino decidido podías vivir más o menos bien; hasta que te atropellara un coche o algún gamberro decidiera que ya habías vivido bastante y pusiera veneno en el agua o la comida.
Gato Mayor, debió llegar a la placita a la fuerza. Él no había nacido en la calle pero alguien se cansó de tenerlo en casa. La primera vez que nos vimos fue cuando salió de entre unas matas y se lanzó a jugar con mis perros, como si los conociera de toda la vida. Mis galgos, que eran unos auténticos santos, soportaron estoicamente los saltos del gato ante sus narices, los zarpazos, sin uñas, a sus cuartos traseros y las carreras entre sus patas. Si ves algo así en un gato callejero, ya sabes que no es tal. Que se ha criado en familia y con otros animales y que si ahora no tiene un techo sobre su cabeza es por mala voluntad de algún "humano".
Yo no quería gatos en el piso. Temía que los galgos se cansaran de aguantarlo y acabáramos mal. Pero Gato Mayor era un pesado. Cada vez que salíamos estaba esperando a la puerta de casa. Nos acompañaba todo el paseo y al regreso lo dejábamos otra vez en la puerta de la calle maullando bajito, como si llorara.
De mis dos galgos, Erick, el más cariñoso, ya esperaba encontrarle para jugar cuando salíamos y Argos lo toleraba sin problemas, así que un día ya no pude aguantar más sus lastimeros maullidos y hablé seriamente con Gato Mayor: "Escucha-le dije - si cuando lleguemos al portal, entras detrás de nosotros, te metes en el ascensor y luego en casa sin armar jaleo, te dejaré quedarte". Me entendió, sin duda, porque hizo exactamente eso. Y cuando entró en casa, se fue derecho donde estaba el agua y la comida de los perros y bebió y comió como si toda su vida hubiera vivido aquí. Y se ha quedado conmigo mucho más tiempo que mis galgos, que me dejaron hace unos cuantos años, con pocos meses de diferencia.
Ahora él también se ha ido. Ya estará jugando con Erick y Argos, dondequiera que jueguen los animales que han sido amigos y se encuentran de nuevo.
Gato Mayor no era de los que se dejan coger, ni cepillar, ni cortar las uñas; no permitía que nadie le acariciara si no le apetecían caricias y se puso muy celoso cuando me traje a Gato Menor de la misma placita que me lo traje a él, pero cuando yo iba al piso contiguo, donde vivían mis padres, saltaba por los balcones para llegar a mi lado, esperaba mi regreso sin moverse del recibidor durante horas y me recriminó largamente aquella vez que me operaron y tuve que estar quince días fuera de casa. Creo que tenía miedo de que yo también le abandonara. Y ha sido al revés, aunque no puedo reprocharle que lo haya hecho. Sé que él no quería, pero había llegado el momento y nada pudimos hacer para evitarlo.
Ahora Gato Menor le busca por la casa en vano y yo sigo diciendo "Adiós, gatos; hola, gatos", en plural, cuando salgo o cuando vuelvo.

18 comentarios:

Elena Casero dijo...

Creo entender lo que sientes, más o menos lo mismo que cuando mis perros se fueron yendo. No los tenía en casa. Eran dos pastores alemanes enormes y no era cosa de tenerlos en casa encerrados.

Aunque los gatos no me gustan demasiado, entiendo tu añoranza y tu pena.

Besitos

Anónimo dijo...

Es muy duro eso de separarse de los seres queridos, especialmente de los que nos acompañan y nos aceptan y nos soportan (aunque nosotros también los acompañamos y los aceptamos y los soportamos) durante nuestro cotidiano.

De veras siento mucho la partida de Gato Mayor, no tengo muchas palabras porque sé que este momento contiene muchos sentimientos de ese tipo llamado con razón "inefable", así que prefiero enviarte un abrazo muy muy muy largo y muy apretado y lleno de cariño, y para la Cabra miles de caricias en su hermosa frente, para Gato Menor muchas caricias tras la oreja y en la barbilla, y mucho cariño para todos en casa.

Miauuaauuu. Prrrprrrprrr.

.

Ana di Zacco dijo...

El mío se llamó Platón y sentí lo mismo cuando se fué a vivir a su cielo de gato, así que digo todo esto con la piel escalofriada de nostalgia y empatía. Y no para de escalofriarse, créeme. Será porque los animales domésticos son más bien ellos los que nos domestican a nosotros, sobre todo los gatos que son más suyos y van a su rollo, un rollo que al final acaba siendo un poco el nuestro.
Es un final feliz, Trenzas, porque seguro que allá donde estén, están jugando un juego perpetuo en el que te recuerdan con una sonrisa. A tí que afortunadamente supieron domesticarte el alma para compartir su recuerdo con nosotros.
Un beso.

Sherezada dijo...

Mira! anoche he puesto una hermosa foto de mi Ruffy junto al escritorio, desde donde me mira en este instante... Las mascotas son tan especiales que con cada una se va un pedacito de nuestro corazón. Les mando un gran abrazo y un enorme MIAUUUUU de buen viaje para Gato Mayor. Y por supuesto muchos besotes otes para ti, amiga.

Sherezada

Anónimo dijo...

Seguro que ya le fueron entregadas sus alas en el cielo de los gatos, no puede ser de otra manera.
Hace poco fui a una casa en donde tenian gatos, la dueña me dijo que si un gato se asusta demasiado puede salir huyendo sin rumbo pero que a diferencia de los perros ellos no saben regresar y se quedan merodeando en el lugar al que fueron a parar, quizá paso asi con Gato Mayor, que de todos modos fue lo mejor que le pudo haber pasado por que así llegó a ti.

ignacio dijo...

Yo que siempre creia que los animales eran para comerse, maestrear, arrear y jalarle las orejas termino con bomba la perrita de mi hijo. Termino encariñandome con ella, platicandole, hasta dandole los buenos dias y noches. Ha sido todo un tesoro tenerla, que mas de una vez cuando llore me limpiara las lagrimas.
Ahora, eso de gatos no se, no he tenido uno.

un gran abrazo querida amiga.

Imagine Photographers dijo...

Siempre he tenido animalitos cerca de mi. La vida de los animales entre nosotros nos parece corta, y quizas completa y placentera para ellos...no lo se, pero la relación con nosotros es intensa y sin condiciones..por eso no escarmiento y cuando pasa un tiempo y los recuedos son mas dulces siempre aparece algún ser mas o menos feo o bonito que pienso me necesita o tal vez sea al reves y acaba compartiendo mi techo. Y acaban llenando aquel hueco....sin hacerme daño.
Es posible que recientemente una estrellita insignificante e ignorada halla anunciado el nacimiento de otro ser que pronto buscara un techo para seguir el camino.
Mols petons i una forta abraçada dels tres

Zifnab dijo...

Yo crfeo que esto, si no has tenido bichos a tu alrededor, resulta dificil de entender. Como yo si lo tuve, pues te entiendo. El mío venía a llorar a la puerta de mi casa el muy jodido

En fin...

Se feliz

BETTINA PERRONI dijo...

:S

Que decirte... no sé pero imagino ese sentir al pensar en mi Bruno, Brutus y Brad... decirles adiós debe ser muy difícil.

Un abrazo trenzitas... Gato Mayor está bien.

Millaray dijo...

Y yo que estoy de lo más sensible...
Uf no sé que decirte,entonces un silencio de esos que dicen más que mil palabras valen hoy ¿verdad?
Tqm y gracias por ser y estar
Un abrazo de "esos" con harto cariñito.

Anónimo dijo...

Amo tanto a Yago y a Sophie (mis gatos) que me hiciste llorar.
A yago lo "adopté" de un lugar en los que los guardan en jaulitas.
Ha sido y es durante 9 años la más bella compañia. Tiene una sabiduría y una paz de Lama.
Y es tan bello!
Sophie... es toda negra, lo contrario de la belleza del macho.
Cayó a mis pies una tarde en que alguien no tuvo mejor idea que andar revoleando desde la ventanilla de su auto la camada recién destetada de su gata...

(Sí, somos humanos)

Pensé que se llevarían pésimo... y sin embargo se aman.
Pienso que el gordito ya es muy grande... que salió de ese centro con miles de problemas de salud, y que se ha bancado opreaciones tremendas.

Sé que jamás estaré preparada para despedirlo.
Jamás.

Pufffff no puedo seguir escribiendoooooooo.

Besos mi preciosa.

Un carro, y un carro de manzanas a mi cabra bella.

fractal dijo...

Hasta luego, Gato Mayor, -suena a nombre de personaje-, mejor que adiós. Sí. Nunca estamos preparados para la pérdida. El cariño y el afecto que se pueden recibir de un animal son tan grandes... aunque yo nunca he comprendido y menos amado a los gatos. Pero conozco a mucha gente que sí, y siempre compruebo que se trata de una relación muy intensa, que yo nunca he conseguido establecer.

Nosotros ahora nos hemos aventurado con una perrita de dos meses, un mestí català, que crecerá y mucho en casa. Veremos.
Un abrazo cariñoso para tí y otro para el Gato Menor.

yole dijo...

No tengo palabras...sólo un abrazo...singular.

Anónimo dijo...

trenzas...
el aceite de olivas rellenas es para ti... aunque no te haga falta.
un abrazo, desde el azul más pálido hasta el más oscuro pasando por todos los demás...
caricias en plural... y un beso

Abisha Gry dijo...

Un abrazo muy muy fuerte, Trenzas. Lo siento mucho.

Anónimo dijo...

Qué difícil es dejarlos marchar... Nos domestican a su antojo sin que nos demos cuenta y luego, cuando se van, siempre demasiado pronto, resulta que nuestra cotidianeidad estaba llena, llenita de ellos, ellos por todas partes.
Em sap greu. Un petó.

Trenzas dijo...

Como todos decís, es muy difícil explicar la relación de cariño familiar que se establece con los animales que nos acompañan durante años. He llorado lágrimas amargas con cada una de esas pérdidas y durante mucho tiempo he sentido profundamente su ausencia.

No os voy a contestar individualmente, porque no quiero llorar más, pero os agradezco mucho vuestra comprensión y a aquellos que habéis pasado por el mismo trago, pues eso, que os entiendo de sobras y que me duele por vosotros.
A todos un beso grande y gracias miles.
:)

cieloazzul dijo...

Trenzas:(
Con ésto que has escrito me he conmovido hasta sentir apretado el lumbago:(
Tu serías una hija de Nati, si....
con esos sentimientos de bondad y amor por los animalitos y esa manera inconfundible de acercarnos al corazón con tus letras...
Descance en Paz Gato Mayor... ahora si tendrás un Angel con mucha garra pa cuidarte!!!
Abrazo amiga mia!