Santa Margarita María Alacoque -1647-1690 - en uno de sus trances religiosos, se vio tan reconfortada por el Corazón de Jesús, que decidió llevar prendida en sus ropas una efigie de la Imagen Sagrada. Tiempo después, parece que la distribución de otras muchas de estas imágenes, durante una epidemia, tuvieron la virtud de detener la enfermedad. Y ahí empezó la devoción por el Sagrado Corazón y la historia del famoso "Detente, bala" que, según creo, en España se empezó a llevar por los soldados requetés durante la Tercera Guerra Carlista.
Las mujeres bordaban para sus hijos, maridos o novios estos pequeños emblemas, que tendrían el poder de detener cualquier bala destinada al cuerpo de sus seres queridos. Este es de la época a que me refiero.
Unos cuantos relatos de soldados que lograron esquivar a la muerte, de esa forma casi milagrosa en que, a veces, suceden las cosas, le dieron tanto prestigio al emblema, que viajó con los militares españoles por todas las guerras que vinieron después en la Península y también en aquellas por las que perdimos nuestras últimas posesiones en ultramar.
La familia de mi padre, que era republicana y nada proclive a la religión, no dudó en darle uno cuando fue reclutado y me contaba que muchos compañeros de armas los llevaban, al igual que los franquistas. En eso, fervientes católicos o no, todos se parecían, aunque los lemas y los colores que se añadieron a los emblemas, variaron según se militara en éste o en aquel bando. Y es que el miedo no reconoce ideologías y cualquier cosa que parezca tener algún poder para salvarnos, es bienvenida y venerada. Encontraréis bastante información en la Red, si os apetece profundizar en el tema.
El caso es que la exclamación "¡Detente, bala...!", ha quedado como una suerte de exorcismo para intentar apartar de nuestra vida aquello que, sabemos, va a causarnos un efecto terrible. Deseamos que esa "bala" dirigida a nuestros sentimientos se detenga o se desvíe; que no nos toque, que no nos haga llorar.
Creo que ahora mismo muchos se apuntarían a una prenda parecida que dijera ¡Detente, crisis...!
O algún otro lema de similar contenido. Y eso aunque fuera sumamente incierta su efectividad.
Lo que sí he observado es que muchos políticos utilizan ese Detente, para desviar las preguntas-bala que los indignados ciudadanos les dirigen. O será que tienen un emblema especial que les deja igual de vivos y embusteros, por muchos proyectiles que den en el blanco.
Ea, que ya me estoy enfadando. Lo dejo aquí.
¡Hasta mañana...!