Sí, porque ya es Otoño. Aún no se nota demasiado a pesar de que los días se van volviendo melancólicos y algunos árboles ya lucen una parte de su melena de un bonito color amarillo. Aquí, sin moverme del balcón, puedo ver claras señales de la estación que empieza dentro de un ratito. Mirad.
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... está en flor la Vincapervinca, o Hierba doncella, si preferís. Dicen que es buena para conservar la memoria.
Otro de los signos de Otoño, es esa lluvia dulce a última hora de la tarde que prepara las flores para esas fotos nocturnas y goteantes. Como no soy muy buena fotógrafa, mejor será advertiros que esas manchitas no son tales, sino gotas de lluvia. Paciencia, ya aprenderé también a fotografiar de noche.
Y por si todo lo anterior no es suficiente para demostrar que estamos en periodo de transición estacional, ahí tenéis a Gato, durmiendo mitad invierno y mitad verano.
O a lo mejor es que no quiere calentarse la cabeza y por eso la deja sobre el mosaico. Tengo que probar a ver...
Con este pequeño muestrario supongo habréis quedado convencidos de que YA sé llevar las fotos desde la cámara al ordenador con solo dos manos y unos cuantos ca...os, con bre intercalada. Muy estresante, pero bueno, así os he podido enseñar que los árboles superan, realmente, mi balcón y no quedo como Antoñita la Fantástica. Siento, eso sí, que no haya ningún geranio en flor.
Los ficus de la Cabra, os los enseño cuando los fotografie.
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