Tendero: dueño o dependiente de una tienda, especialmente de comestibles.
Así define el DRAE, a las personas que, desde detrás de un mostrador, reciben, venden y cobran a sus clientes. El diccionario no dice nada de como deberían comportarse, de cual deba ser su actitud ante el comprador, y no sé si existe un código que lo regule, aunque puedo imaginar que sí existe y que va encaminado a que el cliente se sienta satisfecho con la calidad de los productos que se ofrezcan y con el trato recibido, porque el objetivo será que los compradores vuelvan otra vez. ¿O no?
Dejando aparte la historia de la col china, que ya os conté, tengo muchos motivos para pensar que, actualmente, les importa muy poco a los tenderos si vuelves o no. No solo es que no atiendan, sino que, a todos los efectos, te vuelves invisible; a menos que estén de malhumor, en cuyo caso lamentarás haber atravesado esa puerta.
Ejemplos:
Siempre llevo deportivas y algunas suelas resbalan sobre mojado. Así que me dije: "Entra en la tienda de ese señor que arregla zapatos, a ver si hay algún producto para evitar los resbalones" Y entré.
Trenzas- Buenos días.
Zapatero- Mgndsnssss (y sigue con lo que está haciendo)
T-Disculpe, quería preguntar si habría alguna forma de evitar que estos zapatos resbalen.
Z- (Inclina el cuerpo sobre el mostrador y mira mis pies) A ver la suela.
T- (Obediente, enseño las suelas de mis Geox)
Z-(Me mira con ojos de asesino y dice:) ¡Pero bueno...! ¿Cómo se atreve usted a entrar aquí llevando esa mierda de calzado? ¡En los pies no puede llevarse nada más que cuero, piel, cuero del bueno! ¡Cómo se puede ser tan ignorante! ¿Tiene usted idea de como está perjudicando su columna? ¡Aquí no vuelva a entrar preguntando esas tonterías! Tengo cosas mejores que hacer que atender a ignorantes que no saben lo que es ir calzado. ¡Ahora mismo vaya a usted a comprarse algo decente para los pies, pero no venga aquí a enseñármelo porque no quiero verla más...!
Así define el DRAE, a las personas que, desde detrás de un mostrador, reciben, venden y cobran a sus clientes. El diccionario no dice nada de como deberían comportarse, de cual deba ser su actitud ante el comprador, y no sé si existe un código que lo regule, aunque puedo imaginar que sí existe y que va encaminado a que el cliente se sienta satisfecho con la calidad de los productos que se ofrezcan y con el trato recibido, porque el objetivo será que los compradores vuelvan otra vez. ¿O no?
Dejando aparte la historia de la col china, que ya os conté, tengo muchos motivos para pensar que, actualmente, les importa muy poco a los tenderos si vuelves o no. No solo es que no atiendan, sino que, a todos los efectos, te vuelves invisible; a menos que estén de malhumor, en cuyo caso lamentarás haber atravesado esa puerta.
Ejemplos:
Siempre llevo deportivas y algunas suelas resbalan sobre mojado. Así que me dije: "Entra en la tienda de ese señor que arregla zapatos, a ver si hay algún producto para evitar los resbalones" Y entré.
Trenzas- Buenos días.
Zapatero- Mgndsnssss (y sigue con lo que está haciendo)
T-Disculpe, quería preguntar si habría alguna forma de evitar que estos zapatos resbalen.
Z- (Inclina el cuerpo sobre el mostrador y mira mis pies) A ver la suela.
T- (Obediente, enseño las suelas de mis Geox)
Z-(Me mira con ojos de asesino y dice:) ¡Pero bueno...! ¿Cómo se atreve usted a entrar aquí llevando esa mierda de calzado? ¡En los pies no puede llevarse nada más que cuero, piel, cuero del bueno! ¡Cómo se puede ser tan ignorante! ¿Tiene usted idea de como está perjudicando su columna? ¡Aquí no vuelva a entrar preguntando esas tonterías! Tengo cosas mejores que hacer que atender a ignorantes que no saben lo que es ir calzado. ¡Ahora mismo vaya a usted a comprarse algo decente para los pies, pero no venga aquí a enseñármelo porque no quiero verla más...!
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Como en el transcurso de su invectiva, que fue mucho más larga, se había ido poniendo rojo como un pimiento, los ojos se le salían de las órbitas y se inclinaba sobre el mostrador con evidentes ganas de morderme, preferí callarme y salir sin decir ni media palabra. Muerta de miedo y con la boca como un estropajo, eso sí.
***
En el super hay un cartel en que te recomiendan vivamente que hagas un pedido, mínimo 60 euros, y que ellos te lo llevarán a casa, dentro de unas franjas horarias que no especifican. Pienso "¡Mira que bien! Pues ahora mismo" y pregunto las horas de entrega.
Respuesta -Bueno, eso depende, porque ahora mismo uno de los repartidores está de baja.
Trenzas-¡Vaya..! ¿Y el otro repartidor?
R- Con el otro no se puede contar del todo. Demasiado trabajo, y con lo poquita cosa que es...
T-Sí, claro, pero entonces ¿cómo se las arreglan para llevar los pedidos?
R-Llamamos por teléfono y según lo que nos dicen, hacemos.
T-¿Y podría llamar ahora e informarme, por favor?
R-Bueno. (La dependienta coje el teléfono como si apestara, y marca. Cuando contestan dice unas palabras de espaldas a mí y cuelga) Mire, que si usted hace el pedido hoy, mañana se lo llevarán a alguna hora.
T-¿Perdón...? ¿No podría concretar un poco más? Porque es que yo trabajo y no siempre estoy; por eso pregunto la hora ¿sabe?.
R-¡Ah, eso ya...! Nosotros no tendremos la culpa si usted no está en su domicilio y por esa causa no podemos entregarlo.
T-¿Así que yo hago la compra, la pago, y luego ya se verá si me lo entregan o no?
R-Sí; eso mismo.
T-Pues menos mal que se me ha ocurrido preguntar...
***
Necesito pantalones. En la tienda de la esquina he visto unos que me gustan. Voy a ver.
Trenzas-Buenos días
Dos dependientas- (Ni me ven, porque están enfrascadas mirando fotos en el móvil de una de ellas. Sé que miran fotos porque no paran de decir : "¡Jo, tía, ¿has visto que careto?" y se rien a mandíbula batiente señalando y poniendo caretos ellas también)
En vista del éxito, me pongo a mover perchas a ver si encuentro mi talla. La encuentro y digo:
T-Por favor ¿podría probarme estos pantalones?
D-(Sin levantar la vista del móvil) Ahí (señalando un espacio detrás de una cortina)
Me pruebo los pantalones. No. Me pongo mi ropa y salgo a buscar otros. Repito la operación hasta que encuentro unos que me van bien. Me acerco a las chicas con ellos en la mano; una de las dos los coje, mira la etiqueta, los mete en una bolsa y dice, con los ojos en la pantalla del móvil:
Como en el transcurso de su invectiva, que fue mucho más larga, se había ido poniendo rojo como un pimiento, los ojos se le salían de las órbitas y se inclinaba sobre el mostrador con evidentes ganas de morderme, preferí callarme y salir sin decir ni media palabra. Muerta de miedo y con la boca como un estropajo, eso sí.
***
En el super hay un cartel en que te recomiendan vivamente que hagas un pedido, mínimo 60 euros, y que ellos te lo llevarán a casa, dentro de unas franjas horarias que no especifican. Pienso "¡Mira que bien! Pues ahora mismo" y pregunto las horas de entrega.
Respuesta -Bueno, eso depende, porque ahora mismo uno de los repartidores está de baja.
Trenzas-¡Vaya..! ¿Y el otro repartidor?
R- Con el otro no se puede contar del todo. Demasiado trabajo, y con lo poquita cosa que es...
T-Sí, claro, pero entonces ¿cómo se las arreglan para llevar los pedidos?
R-Llamamos por teléfono y según lo que nos dicen, hacemos.
T-¿Y podría llamar ahora e informarme, por favor?
R-Bueno. (La dependienta coje el teléfono como si apestara, y marca. Cuando contestan dice unas palabras de espaldas a mí y cuelga) Mire, que si usted hace el pedido hoy, mañana se lo llevarán a alguna hora.
T-¿Perdón...? ¿No podría concretar un poco más? Porque es que yo trabajo y no siempre estoy; por eso pregunto la hora ¿sabe?.
R-¡Ah, eso ya...! Nosotros no tendremos la culpa si usted no está en su domicilio y por esa causa no podemos entregarlo.
T-¿Así que yo hago la compra, la pago, y luego ya se verá si me lo entregan o no?
R-Sí; eso mismo.
T-Pues menos mal que se me ha ocurrido preguntar...
***
Necesito pantalones. En la tienda de la esquina he visto unos que me gustan. Voy a ver.
Trenzas-Buenos días
Dos dependientas- (Ni me ven, porque están enfrascadas mirando fotos en el móvil de una de ellas. Sé que miran fotos porque no paran de decir : "¡Jo, tía, ¿has visto que careto?" y se rien a mandíbula batiente señalando y poniendo caretos ellas también)
En vista del éxito, me pongo a mover perchas a ver si encuentro mi talla. La encuentro y digo:
T-Por favor ¿podría probarme estos pantalones?
D-(Sin levantar la vista del móvil) Ahí (señalando un espacio detrás de una cortina)
Me pruebo los pantalones. No. Me pongo mi ropa y salgo a buscar otros. Repito la operación hasta que encuentro unos que me van bien. Me acerco a las chicas con ellos en la mano; una de las dos los coje, mira la etiqueta, los mete en una bolsa y dice, con los ojos en la pantalla del móvil:
D-Treinta euros.
Pago, cojo mi bolsa y ya ni me molesto en decir adiós. ¿Para qué, si no me iban a oír?
***
Espero que entendáis que no digo que TODOS sean así, porque no sería cierto. Lo que sí es cierto es que perdemos las formas y la buena educación aunque en ello nos vaya el éxito o el fracaso de un medio de vida. En gran manera, somos responsables por permitir semejante trato y por dejarnos manipular con publicidad y ofertas engañosas. Lo peor es que, como hice yo en la tienda de ropa, acabas respondiendo a la mala educación con mala educación y eso no está nada, pero que nada bien.
:(
*Pago, cojo mi bolsa y ya ni me molesto en decir adiós. ¿Para qué, si no me iban a oír?
***
Espero que entendáis que no digo que TODOS sean así, porque no sería cierto. Lo que sí es cierto es que perdemos las formas y la buena educación aunque en ello nos vaya el éxito o el fracaso de un medio de vida. En gran manera, somos responsables por permitir semejante trato y por dejarnos manipular con publicidad y ofertas engañosas. Lo peor es que, como hice yo en la tienda de ropa, acabas respondiendo a la mala educación con mala educación y eso no está nada, pero que nada bien.
:(