28 noviembre 2008

Logística navideña

Más o menos, a estas alturas del año hay que empezar a planear las fiestas navideñas. No es una tontería, ni mucho menos. Cuando las familias se van expandiendo y aparecen otras familias con las que hay que contar, la cosa se complica tanto que ríase usted del desembarco en Normandía.
Dónde desembarquemos en Nochebuena, Navidad, Noche Vieja, Año Nuevo y el día de Reyes, requiere una planificación importante. ¿Quienes vendrán y cuántos? ¿Quién recoge a quién? ¿A qué hora? ¿Cuándo les damos los regalos a los niños, en Nochebuena, en Reyes o en las dos ocasiones? ¿ Y qué regalar? ¿Lo que quieren los padres, lo que piden los críos o lo que nos de la gana? ¿Quién come qué? ¿Quién necesita comida especial? ¿Alguien bebe alcohol? ¿Alguien está embarazado/a...? ¿Algún amigo extranjero está sólo? Y este amigo ¿qué religión profesa? ¿Qué costumbres tiene en estas fiestas? ¿Alguna suegra va a quedarse sola? ¿Querrá esa suegra hacernos el favor de compartir nuestra mesa? ¿Querrá aceptar en la suya a alguna consuegra que también pueda quedarse sola en otro momento? ¿A quién escribimos y a quién telefoneamos para felicitarles las Pascuas? ¿Quién está enfadado con quién y cómo organizamos esos enfados?
Ya hace unos días que los teléfonos hablan de estos temas y a partir de la semana que viene, van a echar humo, como cada año.
Y cuando esté todo, más o menos encajado y lleguen los días de la verdad, nos daremos cuenta de que tanto ajetreo apenas ha servido de nada. Aquel para el que se había comprado la comida especial, no puede venir; tenemos los regalos igualitos que nuestra cuñada y habrá que cambiarlos; donde habíamos quedado a la 1 llegamos a las 4 porque alguién olvidó pasar a recogernos o el coche se averió en medio de la nada; los que creíamos enfadados han hecho las paces y los que estaban bien son ahora los que están mal; al final se nos olvidó felicitar al mejor de nuestros amigos y el turrón se quedó en el maletero del coche del que se ha ido a París a pasar las fiestas.
Siempre me asombra que, a pesar de todo, logremos pasar esos días razonablemente felices, alegres y en paz.
Suponiendo que la razón tenga algo que ver con tales cosas.

24 noviembre 2008

Necesarios, pero no imprescindibles

El único deporte que me gusta lo suficiente como para seguirlo es el tenis, así que ya os podéis imaginar que estoy contenta con nuestra victoria de ayer. Lo lamento por mis amigos argentinos, pero así son las competiciones. Si por un momento nos pasó por la cabeza que sin Nadal no íbamos a poder, ya se ha demostrado lo que dice el título del post y que es fácilmente aplicable a cualquier otra circunstancia de la vida. Entre todos se hacen las cosas. Con buen espíritu, con generosidad, con ambición colectiva. Es mucho pedir, lo sé. Sin ir más lejos, la Cabra y yo siempre estamos en desacuerdo y aunque la sangre no llegue al río, no hay duda de que no colaboramos y así nos va; de pena, porque vivimos en un tira y afloja permanente. En vez de colaborar, nos peleamos; cuando ella quiere ficus yo quiero alcachofas y cuando ella quiere alcachofas, yo no quiero ficus. En fin, lo dejo, porque creo que ya se está preparando para darme un buen cabezazo.
La Copa Davis: pues nada, que tanto hablar de ella, me había entrado la curiosidad, como el año pasado con lo de Roland Garros, y me he ido a buscar los orígenes de este trofeo entre países. Parece que la cosa empezó así:
El torneo fue creado en 1899 por cuatro miembros del equipo de tenis de la Universidad Harvard quienes desafiaron a los británicos a un campeonato. Una vez recibida la idea, pidieron un préstamo desde su respectiva federación de tenis, uno de los jugadores de Harvard, Dwight Filley Davis, diseñó un formato de campeonato y gastó el dinero de su propio bolsillo para comprar una copa de plata (conocida popularmente como la ensaladera de plata por su peculiar forma).
El primer partido, entre Estados Unidos y Gran Bretaña se llevó a cabo en Brookline, Massachusetts en 1900. El equipo norteamericano, del cual Dwight Davis era parte, sorprendió al equipo británico ganando los primeros tres partidos. El siguiente año, ninguno de los dos países compitió, pero Estados Unidos ganó el siguiente partido en 1902. En 1905, el torneo se expandió incluyendo a Bélgica Austria, Francia y Australasia, un equipo combinado de Australia y Nueva Zelanda, las que compitieron juntas hasta 1913.
Estos torneos fueron llamados oficialmente Copa Davis después de la muerte de Dwight Davis en 1945. Desde 1950 a 1967, Australia dominó la competencia, ganando la Copa 15 veces en 18 años. Estados Unidos ha ganado el campeonato 32 veces, más que cualquier otro país.
Es decir; nació de la colaboración y de la generosidad de personas particulares, sin más ayuda que sus propias ganas de hacer algo que les gustaba y querían compartir. Me ha parecido bonito.
Las personas mueven el mundo; nosotros, cada uno, empujamos un poco. Quizá nos parezca que somos, individualmente poca cosa, pero no es cierto. No recogerá nuestro nombre ninguna enciclopedia, seguramente, pero eso no le resta valor a lo que hacemos, si lo hacemos bien y con ganas. Nuestro trabajo, nuestras aficiones; todo cuenta así sea de forma infinitesimal. Lo que no cuenta es lo que dejamos de hacer, lo que hacemos con desgana, lo que dejamos pasar porque "eso no va conmigo" .
Creo firmemente que incluso los empujones de la Cabra tienen algo positivo.
Y me voy antes de que empiece con eso de "¡que harías tú sin mí!". Y tiene razón.

16 noviembre 2008

Aniversario

Por estos días, hace cuatro años, estaba intentando hacerme con la mecánica del blog. Me costó entender el funcionamiento, pero aprendí a escribir en él y eso era todo lo que necesitaba.
También en este mes, pero hace nueve, publiqué mi primera web. Con unas mínimas nociones del manejo de los programas, logré hacer un horror de página que tardaba siglos en descargar (recordad los tiempos del módem de 56) pero que también sirvió a mis propósitos.
Hace cuatro años, intentaba con todas mis fuerzas salir de la depresión por la muerte de mi padre y hace nueve, olvidarme tanto como fuera posible de la quimioterapia que me tenía medio inútil.
Las dos veces logré reducir mi malestar pensando en otras cosas y personas, a través de estos medios. Hoy es 16 de Noviembre, aniversario de la muerte de mi padre y de la penúltima sesión de quimio.
No puedo decir que lo haya superado todo. Ningún blog ni página del mundo consigue borrar las cosas que te marcan en la vida; ningún trabajo, ninguna distracción lo consigue, pero blogs y webs siguen teniendo la capacidad de ampararme en los días malos y cuando alguna cosa no va como debería y no tengo ánimos para trabajar en ellos, todo empeora de forma exponencial.
Tal vez algún día deje los blogs o deje las webs o todo a un tiempo. Algún día, quizá.
Todavía no.

Y sólo queda, como en todos los aniversarios del blog, agradecer. Primero a Sherezada por introducirme y después, a todos los que venís o habéis llegado hasta aquí alguna vez.
¡Muchas gracias...!

10 noviembre 2008

¡Ufff... que tarde....!

Llevo todo el día intentando recuperarme de los atrasos y apenas lo he conseguido en un cincuenta por ciento. Mañana seguiré, a ver si me pillo.
¿Qué tal estáis...? Espero que este mes y medio pasadito lo hayáis vivido sin traumas por no tener noticias de Gato, ni de la Cabra, ni mías, claro está. Es que se me olvidó avisaros que me iba a componer otra web y ahora que ya está medio en marcha, vengo a descansar con vosotros.
Algunos os habéis tomado esto del descansar demasiado en serio y se os ha ocurrido cerrar vuestros blogs, ¡vaya por dios, qué ocurrencia...!
Me siento un poco asesina cuando tengo que quitar los enlaces, aunque eso solo lo hago cuando veo que sí, que os habéis marchado en serio. Os entiendo pero os echo de menos.
Aquí no ha pasado casi nada. La vida es una continua calma chicha que a veces agradezco y otras me subleva. Debería pasarme algo interesante que poder contar. Un atraco, una inundación en el baño..., no sé; algo. Pero no me pasa nada y cuando no te pasa nada es un poco como si fueras la mujer invisible. Te preguntas ¿qué tendré de malo que ni siquiera los atracadores se fijan en mí?
Porque tengo una amiga, Marta, que es así como yo, poquita cosa, y cada dos por tres le roban el bolso. Y venga follón; la policía, las denuncias, la renovación de los documentos, avisar a los bancos por lo de las tarjetas, comprarse un móvil nuevo y otro bolso estupendo y yo que sé cuántas cosas.
Eso es vida, hombre. Y no como yo, aquí aburrida, sin un mal atraco que contar y con el mismo bolso desde hace cientos de años. Para una vez que pasé por la experiencia, estaba en la oficina con otra compañera y nunca es lo mismo, porque hay testigos y no puedes inventar nada emocionante, so pena que te lo desmonten. Como atraco fue un desastre, pero el juicio, emocionantísimo; ¡una pasada...!
Os lo cuento otro día, porque a estas horas las mujeres invisibles ya no podemos con nuestra alma y nos vamos a dormir.
Que descanseis, amigos míos.
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